DÍA DEL MAESTRO

Acróstico

Eres voz que corrige e impulsa
Donde quieras, tu misión realizas
Unas veces allá en las ciudades
Como otras también en provincia
Amistad y sapiencia tú entregas
Das cariño y forjas ideales
Oh. Maestro tus manos benditas
Rieguen paz y ventura infinita

Maestro tu sabiduría lo es todo
tu bondad es infinita
la enseñanza es a tu modo
y de seguro es muy bonita.
Tu enseñas al ignorante
al que te pide enseñanza
aunque sea algún vagante
que tiene alguna esperanza.
Tu no haces diferencia
entre el rico y el pobre
tu quieres darle la herencia
de que escriba su nombre.
Tu que nos enseñaste
que nos diste tu amistad
tu que nos respetaste
con una gran igualdad.
Hoy que por fin terminamos
lo tenemos que dejar
nos vamos con una herida
no lo vamos a olvidar.
Lo llegamos a querer
como a un segundo padre
usted nos vio crecer
y fue algo inolvidable.
Colaboración de Ama2005/México

Comentarios

  1. En honor al MAESTRO, JOSE LUCIO RODRIGUEZ PAEZ (QEPD), mi poema . . .

    AUSENCIA MUSICAL

    ¿Qué será del piano, . . . sin sus dedos?,
    arpegios dolientes, buscando senderos,
    ¿qué será del teclado, . . . sin sus manos?,
    búsqueda angustiosa de tonos lejanos.

    ¿En donde andará el profesor, gran artista?,
    ¿en donde quedó su esencia de pianista?,
    ¿a qué niños dirigirá sus composiciones?,
    ¿a quiénes educará con sus fieles lecciones?

    ¿Quién enseñará la música a sus nietos?,
    ¿quién les despertará sus talentos, hoy quietos?
    ¿quién amenizará nuestras fiestas, los bailes?,
    ¿quién armonizará las misas de los frailes?

    ¿Se puede interpretar siendo difunto?,
    ¿con qué músicos formará nuevo conjunto?,
    ¿podrá escuchar su canción favorita?,
    “A muchos años”, me parece . . . bendita.

    Clave de sol, las notas, visten luto,
    su silencio es lacerante, en lo absoluto,
    ¡escucho los lamentos de un piano vertical,
    nos deja un gran vacío, su ausencia musical!

    Se los dice ferviente un poeta abogado,
    quedará, en este mundo, melodioso legado,
    escrito en pentagrama, en cuaderno pautado,
    al compás y cadencia de su ingenio añorado.

    Ya se le extraña, Maestro José Lucio,
    “tocándole” al Señor hallará su refugio,
    compadezco a todo aquel oído, sin sonido,
    un órgano, sin Usted, carece de sentido.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Amecameca, Estado de México, México, a 13 de julio del 2013
    Reg. SEP Indautor No. 03-2013-111212464200-14

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