Obra de Teatro "Simón y Simón"
“SIMÓN Y SIMÓN”
1º ACTO. (La negra Hipólita con el bebe Simón en sus brazos, le canta, lo arrulla…)
NARRADORA:
En la Caracas colonial cuya población no sobrepasa unos 30.000 habitantes, Simoncito creció como todos los niños de su rango social; mecido en los brazos de una esclava negra llamada Hipólita.
HIPÓLITA:
Come mi niño, aliméntate de la leche que esta negra te ofrece… Mi Simón, mi Simoncito.
ESCENA 1. (Debajo de un frondoso árbol se observa al maestro Simón Rodríguez junto a sus estudiantes, y con ellos al niño Simón Bolívar).
NARRADORA:
Todo el hacer intelectual de Simón Rodríguez confluye al único propósito de enseñar, ¡perpetuamente enseñar!, guiar, nutrir de conocimiento, iluminar, enseñar a destruir lo viejo, para crear e innovar.
Simón Rodríguez, el nuevo maestro, de 23 años, de origen modesto pero muy inteligente, entra a comandar un grupo de 114 niños, en cada uno de los cuales trata de inyectar conocimientos, costumbres y buena conducta.
ESCENA 2. (Pensativo SIMÓN RODRIGUEZ). Dirige su mirada al campo en donde los campesinos y los jóvenes, adultos, ancianos: aran siembras y cultivan la tierra. Sudorosos y cansados; los rostros de quienes trabajan día y noche sin ver más oportunidad para su incierto futuro).
SIMÓN BOLÍVAR NIÑO:
“Maestro, ¿por qué te has quedado callado, viendo a la gente que trabaja la tierra?
SIMÓN RODRIGUEZ:
¡Sabes Simón! Sueño con que ellos también aprendan las letras, para que no sigan siendo explotados.
Niño-a: ¿Maestro y como hacemos para que los pobres no seamos explotados?
Niño-b: A través de los estudios.
Niño-c: A través del conocimiento.
Niño-d: Con tolerancia y respeto.
Niño-e: Con solidaridad.
Niño-f : Con amor a la patria
Todos los niños-g: Y a nuestros hermanos.
SIMÓN BOLÍVAR:
Maestro ¿cree usted que ellos algún día puedan ir a la escuela?
SIMÓN RODRÍGUEZ: Ese es mi gran anhelo… ¿Recuerdas el gran sueño que te he hablado? La escuela está en cualquier lugar, si se quiere aprender a enseñar y enseñar a aprender.
ESCENA 3. (El maestro continuo dando sus clases, poco a poco los niños se va alejando de la escena… El niño Simón se dirige a su casa)
NARRADORA:
Simoncito emprende camino a casa, junto a sus compañeros, observa con detenimiento a los esclavos y mestizos que trabajan en la plantación. Recuerda que con ellos se subía a los árboles… Llega a su casa, está en la cocina muy callado; la negra Hipólita se acerca, le toca la cabeza y con tono de voz bajo le dice:
NEGRA HIPÓLITA:
¡Hay mi niño! Aquí está tu chocolatito, bien calientito… como a ti te gusta… ¿y qué te pasa mi niño porque estas tan callado?
ESCENA 4. (El niño no responde; pensativo observa una jaula con 5 pajaritos. Se levanta de la silla lentamente y la abre para liberarlos).
SIMÓN BOLÍVAR:
Pensaba en la libertad… “La libertad de los pueblos… de los pobres.
(La negra Hipólita, consternada, con lagrimas correr por su rostro; toma de la mano a su niño y se retiran del escenario).
NARRADORA: Con este acontecimiento se deja entrever el ideario ya formado en el niño Simón Bolívar, quien tuvo otros maestros en su niñez y adolescencia… pero ninguno grabo en profundo un pensamiento como el que Rodríguez tatuó en su discípulo… sus saberes, sus normas, su yo, en el espíritu del niño con intensidad creadora y profunda…
Todos los actores salen al escenario, nombrando en voces altas y apoyadas con una pancarta, los valores que se encuentran enmarcados en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
1º ACTO. (La negra Hipólita con el bebe Simón en sus brazos, le canta, lo arrulla…)
NARRADORA:
En la Caracas colonial cuya población no sobrepasa unos 30.000 habitantes, Simoncito creció como todos los niños de su rango social; mecido en los brazos de una esclava negra llamada Hipólita.
HIPÓLITA:
Come mi niño, aliméntate de la leche que esta negra te ofrece… Mi Simón, mi Simoncito.
ESCENA 1. (Debajo de un frondoso árbol se observa al maestro Simón Rodríguez junto a sus estudiantes, y con ellos al niño Simón Bolívar).
NARRADORA:
Todo el hacer intelectual de Simón Rodríguez confluye al único propósito de enseñar, ¡perpetuamente enseñar!, guiar, nutrir de conocimiento, iluminar, enseñar a destruir lo viejo, para crear e innovar.
Simón Rodríguez, el nuevo maestro, de 23 años, de origen modesto pero muy inteligente, entra a comandar un grupo de 114 niños, en cada uno de los cuales trata de inyectar conocimientos, costumbres y buena conducta.
ESCENA 2. (Pensativo SIMÓN RODRIGUEZ). Dirige su mirada al campo en donde los campesinos y los jóvenes, adultos, ancianos: aran siembras y cultivan la tierra. Sudorosos y cansados; los rostros de quienes trabajan día y noche sin ver más oportunidad para su incierto futuro).
SIMÓN BOLÍVAR NIÑO:
“Maestro, ¿por qué te has quedado callado, viendo a la gente que trabaja la tierra?
SIMÓN RODRIGUEZ:
¡Sabes Simón! Sueño con que ellos también aprendan las letras, para que no sigan siendo explotados.
Niño-a: ¿Maestro y como hacemos para que los pobres no seamos explotados?
Niño-b: A través de los estudios.
Niño-c: A través del conocimiento.
Niño-d: Con tolerancia y respeto.
Niño-e: Con solidaridad.
Niño-f : Con amor a la patria
Todos los niños-g: Y a nuestros hermanos.
SIMÓN BOLÍVAR:
Maestro ¿cree usted que ellos algún día puedan ir a la escuela?
SIMÓN RODRÍGUEZ: Ese es mi gran anhelo… ¿Recuerdas el gran sueño que te he hablado? La escuela está en cualquier lugar, si se quiere aprender a enseñar y enseñar a aprender.
ESCENA 3. (El maestro continuo dando sus clases, poco a poco los niños se va alejando de la escena… El niño Simón se dirige a su casa)
NARRADORA:
Simoncito emprende camino a casa, junto a sus compañeros, observa con detenimiento a los esclavos y mestizos que trabajan en la plantación. Recuerda que con ellos se subía a los árboles… Llega a su casa, está en la cocina muy callado; la negra Hipólita se acerca, le toca la cabeza y con tono de voz bajo le dice:
NEGRA HIPÓLITA:
¡Hay mi niño! Aquí está tu chocolatito, bien calientito… como a ti te gusta… ¿y qué te pasa mi niño porque estas tan callado?
ESCENA 4. (El niño no responde; pensativo observa una jaula con 5 pajaritos. Se levanta de la silla lentamente y la abre para liberarlos).
SIMÓN BOLÍVAR:
Pensaba en la libertad… “La libertad de los pueblos… de los pobres.
(La negra Hipólita, consternada, con lagrimas correr por su rostro; toma de la mano a su niño y se retiran del escenario).
NARRADORA: Con este acontecimiento se deja entrever el ideario ya formado en el niño Simón Bolívar, quien tuvo otros maestros en su niñez y adolescencia… pero ninguno grabo en profundo un pensamiento como el que Rodríguez tatuó en su discípulo… sus saberes, sus normas, su yo, en el espíritu del niño con intensidad creadora y profunda…
Todos los actores salen al escenario, nombrando en voces altas y apoyadas con una pancarta, los valores que se encuentran enmarcados en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Excelente trabajo...nutrirá mi trabajo de teatro con l@s niñæs...gracias...
ResponderEliminarexcelente obra teatral, gracias mil gracia, me servirá para seguir multiplicando esos excelentes valores en aula.
ResponderEliminarexcelente me encanto facil para hacerlo con mis niños
ResponderEliminarme encanto la obra..
ResponderEliminarBuen mensaje en una dramatizaciòn.
ResponderEliminarBuèn mensaje en una dramatizaciòn
ResponderEliminarFantastica justo lo que buscaba para el dia del maestro
ResponderEliminarque hermosa obra mil felicitaciones y bendiciones
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