5 estrategias de aprendizaje que dan curiosidad a los estudiantes
5 estrategias de aprendizaje que dan curiosidad a los estudiantes
La curiosidad mantiene nuestra mente viva y abierta a cosas nuevas. Por eso es importante despertarla en nuestros estudiantes, para lograr un mejor aprendizaje.
En el blog Teach Though publicaron un artículo que nos ofrece 5 estrategias para que nuestros estudiantes se entusiasmen y sientan curiosidad por aprender. Como siempre, lo traducimos para ponerlo al alcance de todos.
Entender de dónde viene la curiosidad es el santo grial de la educación. Por supuesto que la educación es diferente al aprendizaje.
La educación implica un intento formal, sistemático y estratégico para causar aprendizaje. En este caso, el contenido debe ser identificado para ser aprendido, las experiencias de aprendizaje están planificadas, los resultados son evaluados y la información obtenida de esas evaluaciones juega un rol importante en la planificación de nuevas experiencias de aprendizaje.
Este enfoque es clínico y tiene más de una pizca de ciencia. Elimina la emoción y la espontaneidad en búsqueda de una planificación precisa.
Por supuesto que muy poco del aprendizaje es científico. Mientras que los datos, metas, evaluaciones y planificaciones deben desempeñar un papel importante en cualquier sistema que pretenda lograr algo, el aprendizaje y la educación son fundamentalmente diferentes. El primero es desordenado y personal, doloroso y fantástico. El segundo pretende asimilar al primero –o por lo menos simplificarlo– tanto como sea posible en nombre de la eficiencia.
Una analogía puede ayudar a entender esto último: aprendizaje – educación /amor verdadero – servicio de citas.
El amor verdadero puede llegar desde un servicio de citas, y estos servicios hacen todo lo posible para que esto ocurra, pero, al final, siempre hay un poco de magia detrás de todo y lo mismo ocurre con el aprendizaje y la educación.
La arrogancia y la educación
La educación es simultáneamente un esfuerzo noble y arrogante. Aunque pueda sonar sensacionalista, si observas a una persona jugando, haciendo una manualidad, perdida en la lectura de un libro o participando en una simulación digital, verás a una persona completamente diferente –una persona física, pero con su espíritu abstraído, en un lugar mejor–.
Es posible causar esto en la clase, pero generalmente suele ser el resultado de la buena suerte y la buena planificación. A veces podemos confundir la curiosidad, con la obediencia y el compromiso, pero ninguno de ellos es curiosidad. Esta última tiene entre sus fuentes un fuerte sentido de voluntad, responsabilidad y curiosidad.
Tal como la cafeína en el café, los acordes en una guitarra o la humedad en el agua, la curiosidad genuina no es una cosa, es la cosa.
No se trata de tener un interés temporal por saber o de estar un poco interesado en una respuesta, sino de poder unir la experiencia pasada y el conocimiento como si fueran fibras en una red, acción que solo se verá frenada al no entender algo en particular, como parar una buena película en su momento de clímax –ese sentimiento feo y loco en el interior es la curiosidad insatisfecha–. Te mataría no saberlo. Pero, ¿de dónde viene? ¿Es posible provocarlo en un aprendiz?
Si los entornos de aprendizaje formales basados en los resultados nos han enseñado otra cosa, es que mientras a menudo podemos causar que algo pase en el aprendiz, solo sucederá con un gran esfuerzo, recursos y angustia.
Pero podemos crear las condiciones ideales donde la curiosidad natural comience a crecer. Lo que hacemos cuando esto ocurre -e irrumpe con nuestras lecciones planificadas- es otra historia.
5 cosas que despiertan la curiosidad en los estudiantes
1. Preguntas viejas
La curiosidad más simple surge de preguntas viejas que nunca fueron contestadas por completo o que no recibieron ningún tipo de respuesta.
Por supuesto, cualquier pregunta valiosa nunca está completamente contestada, así como una buena conversación nunca termina, pero mientras aprendemos y crecemos, las preguntas viejas pueden resultar incómodas de una manera positiva, ya que están limitadas por viejos conocimientos.
Estrategia para actuar: revisa preguntas viejas –a través de un diario, un diálogo socrático, la Técnica de Formulación de Preguntas o debates–. También revisa los pensamientos de la primera vez para ver qué cambió.
2. Ambición
La ambición precede a la curiosidad. Sin querer avanzar de posición, pensamiento o diseño, la curiosidad es simplemente una reacción biológica y neurológica a los estímulos. Pero la ambición es lo que nos vuelve humanos y es un hermano de la curiosidad.
Estrategia para actuar: tutorías bien planteadas, el modelo de par a par, aprendizaje basado en proyectos y una verdadera necesidad de saber.
3. Jugar
Un aprendiz jugando es señal de que existe una mente que se siente cómoda y está enfocada en un objetivo totalmente incorporado. Este puede o no ser el mismo objetivo que el planteado, pero el juego es hipnótico y más eficiente que la mayoría de las secuencias mejor planificadas. Un aprendiz jugando, casi por definición, tiene curiosidad por algo.
Estrategia para actuar: el aprendizaje basado en juegos y las simulaciones de aprendizaje como Civilization V o Age of Empires, todas impulsan al aprendiz a jugar. También el aprendizaje basado en desafíos.
4. La colaboración justa en el momento adecuado
Saber qué es lo que pueden modificar sus compañeros puede ser algo muy poderoso para nuestros estudiantes. Puede ser que algunos no sientan curiosidad inicial por el contenido, pero ver los logros de sus compañeros puede ser un gran impulsor para la curiosidad. ¿Cómo lo lograron? ¿Cómo puedo hacer lo que ellos hicieron a mi manera? ¿Cuáles de estas ideas son valiosas para mi en este momento y cuáles no?
Estrategia para actuar: para colaborar no hace falta trabajar en grupos. Para fomentar la curiosidad, los estudiantes deben tener una necesidad genuina por otros recursos, ideas, perspectivas o cualquier otra cosa que no esté disponible a su alcance. Haz que necesiten algo, no simplemente que terminen una tarea, sino que logren un objetivo que se pongan ellos mismos.
5. Contenidos diversos e impredecibles
El contenido diverso es el camino más sencillo para lograr la curiosidad en los estudiantes. Proyectos nuevos, juegos nuevos, novelas nuevas, poetas nuevos, cosas nuevas sobre las que pensar.
Estrategia para actuar: invita a los estudiantes a entender la necesidad de un recurso y pídeles que encuentren una fuente. Esto brindará diversidad a la clase y posiblemente nos lleve a otros objetivos. Pero lo peor que puede pasar es que nos encontremos con una clase de aprendices comprometidos y una oportunidad real de despertar la curiosidad.
FUENTE: CLUB EDIBA
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